Medio: La Voz del Interior
Se trata de Fractional Class, un emprendimiento que comercializa unidades de complejos turísticos y habitaciones de hoteles en cuatro y hasta 12 partes, afiliados a RCI e Interval. Comenzaron con establecimientos en las Sierras y en Tulum, México.
n días en que el turismo empieza a dejar atrás las restricciones por la pandemia del virus Covid, lanzaron en Córdoba un sistema que es novedoso en Argentina pero bastante utilizado en países desarrollados: vender inmuebles vacacionales con la modalidad fractional ownership (propiedad fraccionada).
Se trata de Fractional Class, un emprendimiento de Alejandro Carrizo –titular de la agencia de comunicación que lleva su nombre– y su esposa Inés Simone, el primero en Córdoba dedicado a vender partes de unidades en complejos turísticos cerrados, sean casas, cabañas, departamentos o habitaciones de un hotel.
El concepto implica dividir una propiedad en un mínimo de cuatro y hasta un máximo de 12 partes y venderla a diferentes propietarios, sea para uso personal o como inversión. El comprador adquiere una porción a través de un fideicomiso, lo que aporta un blindaje al vínculo entre el dueño y el inmueble sin la necesidad de tener relación con el resto de los copropietarios del inmueble.
El emprendimiento arrancó con la comercialización de unidades en Los Molinos, un complejo con hotel y 24 casas en Villa Ciudad América, y en Blackstone Country & Village, un complejo con 120 unidades en Villa General Belgrano. En los próximos días, sumará también habitaciones del hotel Pueblo Nativo, en Villa Giardino.
Además, la iniciativa nació con un pie en México, asociado a Miroslava Pineda Landa, quien comercializa unidades en Tulum, en la península de Yucatán.
Según informó Carrizo, la idea es comercializar unidades de complejos turísticos cerrados, que aporten servicios al inmueble (limpieza, mantenimiento, etc.) y se encargue de la administración de los lugares.
Así, por ejemplo, un inmueble dividido entre 12 compradores permite a una persona gozar de su uso durante cuatro semanas al año, una en cada temporada (estación del año).
Pero además, que los complejos estén afiliados a alianzas internacionales como RCI o Interval, organizaciones que articulan el intercambio de inmuebles entre los dueños, lo que facilita a un propietario tomar una de sus semanas en cualquier lugar del mundo, pagando una tasa.
En días en que el turismo empieza a dejar atrás las restricciones por la pandemia del virus Covid, lanzaron en Córdoba un sistema que es novedoso en Argentina pero bastante utilizado en países desarrollados: vender inmuebles vacacionales con la modalidad fractional ownership (propiedad fraccionada).
Se trata de Fractional Class, un emprendimiento de Alejandro Carrizo –titular de la agencia de comunicación que lleva su nombre– y su esposa Inés Simone, el primero en Córdoba dedicado a vender partes de unidades en complejos turísticos cerrados, sean casas, cabañas, departamentos o habitaciones de un hotel.
El concepto implica dividir una propiedad en un mínimo de cuatro y hasta un máximo de 12 partes y venderla a diferentes propietarios, sea para uso personal o como inversión. El comprador adquiere una porción a través de un fideicomiso, lo que aporta un blindaje al vínculo entre el dueño y el inmueble sin la necesidad de tener relación con el resto de los copropietarios del inmueble.
El emprendimiento arrancó con la comercialización de unidades en Los Molinos, un complejo con hotel y 24 casas en Villa Ciudad América, y en Blackstone Country & Village, un complejo con 120 unidades en Villa General Belgrano. En los próximos días, sumará también habitaciones del hotel Pueblo Nativo, en Villa Giardino.
Además, la iniciativa nació con un pie en México, asociado a Miroslava Pineda Landa, quien comercializa unidades en Tulum, en la península de Yucatán.
Según informó Carrizo, la idea es comercializar unidades de complejos turísticos cerrados, que aporten servicios al inmueble (limpieza, mantenimiento, etc.) y se encargue de la administración de los lugares.
Así, por ejemplo, un inmueble dividido entre 12 compradores permite a una persona gozar de su uso durante cuatro semanas al año, una en cada temporada (estación del año).
Pero además, que los complejos estén afiliados a alianzas internacionales como RCI o Interval, organizaciones que articulan el intercambio de inmuebles entre los dueños, lo que facilita a un propietario tomar una de sus semanas en cualquier lugar del mundo, pagando una tasa.
“Una persona que tiene una casa en un lugar turístico la utiliza entre 28 y 35 días. El resto del año es un capital inmovilizado. Pero también es una oportunidad para el empresario hotelero, que en general trabaja con 40 por ciento de vacancia, lo que permite rentabilizar aún más el emprendimiento”, asegura Carrizo.
Además, baja la barrera de ingreso a una propiedad vacacional. Por ejemplo, una fracción en Blackstone puede partir de 10.200 a 10.500 dólares.
“Si una persona compra una fracción, le pertenece para toda la vida. Pero si en algún momento quiere desprenderse de esa porción, lo vende como si fuera cualquier inmueble sin necesidad de pasar por Fractional Class o por la aprobación del complejo turístico”, agrega.
UNA OPCIÓN POCO UTILIZADA
En Argentina, el sistema de propiedad fraccionada es poco utilizado y tiene una cantidad reducida de competidores, como por ejemplo las empresas porteñas CoVacations y Fractional Consulting.
También es utilizado en Brasil, con el nombre de multipropiedade. Pero el mayor uso se registra en países como Estados Unidos.
“Es algo nuevo en Argentina, por una cuestión cultural. Pero en Estados Unidos el sistema fractional ownership se aplica a viviendas vacacionales, aviones, yates y cualquier tipo de propiedad que pueda ser fraccionada”, explica Simone.
La propuesta de la firma cordobesa incluye cuatro modelos de negocios. Fractional Vacations, donde el propietario usa el inmueble cuatro semanas al año; Fractional Rental, que apunta a un inversor que no lo utiliza en ningún momento del año y recibe una renta; Fractional Blend, que combina ambas opciones anteriores, con cuatro semanas para uso y cuatro para renta; y Fractional Realty Investment, que permite comprar fracciones de un emprendimiento en la etapa de construcción y luego recibir la ganancia una vez que se entrega y se vende.
Para el inversor, resalta Carrizo, el sistema ofrece tasas de rentabilidad tres veces mayores al de un departamento, o sea del seis al nueve por ciento.
El plan para el próximo año, asegura el emprendedor, es sumar inmuebles de las sierras de Córdoba, la costa argentina, la Patagonia y otras zonas turísticas de México. Pero además, incorporar los nuevos modelos de negocio a través de tecnologías como blockchain y tockenización de propiedades.